25 julio 2013

Los tambaleos de cada nuevo capítulo

El orden es necesario.
No hablo de ser organizados y tener todo en su lugar: Hablo de la estabilidad. Todos tenemos ese elemento constante, esa roca a la que nos aferramos en este fenómeno cambiante, caleidoscópico y vertiginoso llamado vida. Incluso cuando todo da vueltas, nuestro estómago se revuelve y tenemos ganas de vomitar,  sabemos que podemos mirar en esa dirección y recordar que todo estará bien.
Y si alguien nos quita ese orden, nos sentimos perdidos, desorientados, como si nos recortaran de nuestro cuento y nos pegaran en otro. Como si de pronto nada tuviera sentido. Como los niños que somos, solos en la oscuridad.
Y de golpe, te das cuenta que ni siquiera aquello que das por sentado dura para siempre. Que lo único seguro es el cambio, y que lo desconocido siempre está al acecho como nuestra propia sombra, esperando que nos confiemos lo suficiente para tomarnos desprevenidos.
¿Qué hacer, entonces? ¿Buscamos esa roca, ese elemento constante, o nos lanzamos a los cambios como nos lanzaríamos a un precipicio?
¿Es bueno aferrarse al pasado? ¿Es bueno buscar la estabilidad? Si todo cambia, si todo es inestable como una casa de cartas, si los caminos que tomamos para ir a un sitio pueden dejarnos en un lugar completamente diferente, si nuestra vida es un caleidoscopio... ¿Vale la pena intentarlo, siquiera? ¿Es necesario, ir por la vida buscando algo particularmente especial y eterno?
Quizás nos tomamos la vida demasiado enserio. Quizás sea más fácil vivir y ya, aceptar los cambios, recibir las sorpresas y lanzarnos del precipicio. Quizás es más fácil si dejamos de preocuparnos tanto por el futuro y lo que va a cambiar, y nos concentramos en vivir el momento. En aprovechar lo que tenemos ahora, en vez de extrañar lo que se fue.
Seguimos aquí. Seguimos siendo constantes. Los giros en nuestra historia no nos cambian, sólo nos hacen más fuertes. El único elemento inalterable de nuestras vidas... Es nuestra vida misma.
Hasta que dejamos de ser constantes, y somos una parte más del caleidoscopio. Un color que se transforma y adquiere una forma diferente.
Pero eso ya es problema de otro.
Vivir y ya, sin complicarnos tanto. Eso debería de bastarnos ¿No?
Aunque a veces es tan difícil...
 
 
 
S.C. (co-bloggeando con KyokoD y Limón)
 

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