22 abril 2012

Estás muerta. Te has ido. No hay vuelta atrás.




Estás sentada frente a tu escritorio, y sabes que ya es la hora de irse. Ya te lo has dicho a ti misma un millón de veces, pero sabes, y estás más que segura, que esta vez es de verdad. Estás cansada… demasiado cansada. Tus papás te hicieron estresar, ni hablar de la escuela. Vas a buscar la cuerda, o el cuchillo, o la pistola, o lo que sea que decidas usar porque estás así de desesperada. Estás lista. Piensas que es algo así como un juego… el primero que muere es el ganador. Nadie está en casa, es el momento perfecto. Estás lista. Si no lo haces ahora, te sentirás aún peor contigo misma de lo que ya lo haces. Simplemente te odiarás muchísimo más, por siempre. Nadie sabe, nadie sabrá… hasta mañana. En vez de buscar papel y lápiz, vas a buscar la videocámara, además de una silla. Te pones sobre la silla. Decidiste usar la cuerda… Te irás en un instante y no habrá ningún ruido. Un lado de la cuerda está atado a tu techo, mientras el otro lado está ya alrededor de tu cuello. Estás llorando, y es que sabes que esta vez va en serio. Enciendes la videocámara y te quedas observando la luz roja parpadeando frente a tus ojos. Empiezas a murmurar unas pocas palabras: "Mamá y papá, lo siento. No sé por qué lo siento, pero lo siento. No puedo seguir más con esto. Por favor, no se culpen, por favor. Los amo a ambos, y díganle lo mismo a mis hermanos. Los veré muy pronto." Le dices lo siento a tu mejor amigo, porque sabes que no estarás más allí cuando te necesite más que nunca. Te disculpas con todo aquel al que recuerdas… incluso contigo misma. Te disculpas por no haber sido lo suficientemente fuerte. Te disculpas por caer. Te disculpas por hacerles pasar tanto dolor en su vida. Observas, de nuevo, la luz roja parpadeante frente a tus ojos. Un pie ya está fuera de la silla, al tiempo en el que empiezas a murmurar la palabra "adiós". Tienes el control remoto para apagar la cámara en tu mano. Pulsas el botón de apagado y apenas ves a esas luz apagarse, tú te apagas. Ambos pies están ahora fuera de la silla… la silla está en el suelo… la habitación está en silencio. Estás muerta. Te has ido. No hay vuelta atrás.

Todo acabó. No tienes que sufrir más… pero todos los demás sí. ¿Qué pensarán tus padres? ¿Qué hay de tu pequeño hermano o hermana? ¿Qué van a hacer ellos? Estás muerta. Te has ido. No hay vuelta atrás. Acabaste con tu vida porque la persona de tus sueños sólo te ve como amiga. Acabaste con tu vida porque ese profesor fue más fuerte contigo que con cualquier otro en clase porque sabe que eres la única que va a algún lado en su vida. Ya tus padres están en casa. Te llaman diciendo que regresaron, como normalmente hacen cuando regresan… pero algo es diferente. No respondes. Empiezan a preocuparse… tú siempre respondes. Suben las escaleras pensando que estás dormida o dándote un baño. Tu mamá abre tu habitación y grita hasta el tope de sus pulmones. Automáticamente se desmaya. Ahora tu hermano menor sube después de ella. Grita "¡PAPI, AYUDA!" y corre hacia ti, agitando tu pierna y reclamando que despiertes. "DESPIERTA, DESPIERTA. POR FAVOR BASTA, DESPIERTA". Pero no respondes, no vas a despertar. Estás muerta. Te has ido. No hay vuelta atrás. Tu papá sube corriendo las escaleras y todo lo que puede hacer es mirar. Mira a su pequeña bebé colgando de una cuerda. Mira la videocámara y mira la silla. Pero no se mueve. Está tieso como una tabla. Ahora llora… Tu papá NUNCA llora. Toma el teléfono y llama al 911. Apenas y puede soltar las palabras "mi hija ha cometido suicidio" fuera de su boca. Tu hermana pequeña observa a tu papá. Tu papá cae y tu pequeña hermana salta a los brazos de tu padre, llorando más fuerte que nunca. Es muy pequeña para entenderlo completamente, pero sabe que te has ido. Estás muerta. Te has ido. No hay vuelta atrás. Todo acabó. La policía finalmente llega. Empujan a tu papá y a tu hermana fuera de la habitación y los sientan en la sala de estar. Bajan tu cuerpo de las cuerdas y ahí vas… así de simple.

Nada es lo mismo. Dos semanas han pasado ya, y tu mamá aún mira por la ventana más de la mitad del día. Tu hermana pequeña aún no ha regresado a la escuela. Tu papá está forzado a trabajar para poder pagar todas las facturas de tu velorio y tu funeral. Eventualmente, encuentran la fuerza para entrar a tu habitación. Tu puerta no ha sido abierta por meses. La cuerda aún está tirada en el suelo y la videocámara aún está apoyada en la mesa. Ni siquiera consideran mirar el video, jamás será visto. Lentamente toman la cuerda y la tiran en la basura. Escalofríos corren por sus espaldas, tu mamá prácticamente está entrada en lágrimas. Hacen tu cama, dejándola acomodada… como solían hacer todas las mañanas después de que fueras a la escuela. Tu cama estaba hecha y tu habitación estaba limpia. Cerraron la puerta, y cerrada se quedó. Tu escuela aún está angustiada. Pensabas que a nadie le importaba y que nadie te notaba. La chica que se negó a ser tu compañera de laboratorio, bueno, se corta todas las noches ahora porque piensa que es su culpa que murieras. El chico que se tropezó contigo por accidente y no se disculpó, bueno, él está en terapias suicidas cinco días al a semana en un hospital, porque siente que una sonrisa podría haberte salvado la vida y no te la dio. El profesor que fue fuerte contigo ese día, renunció a su trabajo porque sentía que ya no estaba calificado para enseñar. Estás muerta. Te has ido. No hay vuelta atrás.
  
Cuatro años han pasado ya. Tu hermana pequeña ya tiene quince años. Ha empezado un club en su escuela dedicado a ti. "Secretos" es como le llama. El club está hecho para que los chicos hablen desde su corazón, sin nadie juzgándoles. Pueden decir lo que sea que quieran decir, y hablar sobre lo que sea que necesiten. Ese era tu problema. Nunca querías hablar con nadie. Lo tenías todo recluído dentro de ti. Actuabas como si fueras la chica más feliz del planeta y tuvieras la vida perfecta. Interpretabas ese personaje también que incluso empezaste a creértelo. Podías estar de lo más "feliz" y apenas te acostabas en tu cama en la noche, los pensamientos regresaban. Una pequeña pelea con tus padres podría haberte hecho enojar. Pero con tantas cosas guardadas dentro de ti por años, ya habías sobrepasado tu límite. Estás muerta. Te has ido. No hay vuelta atrás. Tu habitación nunca volverá a ser ocupada. Tu mamá aún llora todas las noches. Tu papá no es tan fuerte como solía ser. Tu hermana menor nunca crecerá contigo a su lado, dirigiéndola en la dirección correcta. Tu mejor amigo aún está destrozado. Tu escuela ahora tiene un club dedicado a ti para que los demás no cometan el mismo error que tú cometiste. Tu vida era valiosa, y te deshiciste de ella en un parpadeo. Todo lo que necesitabas era una sonrisa, eso era todo. Pero ya que te has ido, sólo tienes que saber que a la gente le preocupas. La gente siempre se ha preocupado. Simplemente estabas demasiado molesta como para verlo. Tenías demasiado metido en la cabeza eso de que nadie se preocupaba… cuando la verdad es que muchas más personas de las que tú pensabas se preocupaban por ti. Tu ciudad nunca será la misma. Una chica se ha ido, una chica especial que pensaba que nadie se preocupaba. Todos se preocupaban. Te lo prometo. Se preocupan, siempre se han preocupado. Te amábamos, y no importa lo que pasa, siempre te seguiremos amando.

No estoy muy segura, pero tengo idea de que no he publicado nada aquí desde que empezó el año. ¡Sé que me extrañan! Y espero que se acostumbren a extrañarme, porque para que suba algo aquí tiene que haber algún tipo de alineación de planetas o constelaciones o algún movimiento místico en los ciclos lunares.

Ese escrito larguito que ven ahí arribita en negro lo encontré en Tumblr. El original está en inglés (y aquí lo tienen, tanto para dejar crédito a quien lo escribió como para que los entendidos del inglés le echen un ojo si les apetece: http://ponquecitomalefico.tumblr.com/post/21431048267/youre-sitting-at-your-desk-and-you-know-its-time-to ). No es que sea una entendida de estos temas, pero siempre me ha parecido que el suicidio es una forma cobarde y egoísta de rehuirle a los problemas. Cobarde porque ya el simple hecho de no enfrentarse a las situaciones por temor es porque estás más cagado que la bicha, y egoísta porque es obvio que sólo se piensa en sí mismo cuando se opta por el suicidio, sin pensar en cómo podría afectar eso a las personas que están a su alrededor. Vale que puedan pasar cosas muy horribles, pero ni por casualidad se me pasa por la cabeza algo lo suficientemente malo o terrible como para elegir una salida tan desesperada. Habrá quienes quieran pegarme cuatro patadas por mi opinión, pero esto es lo que yo pienso:

La vida es sólo una, y hay que disfrutarla. Sean cuales sean las adversidades con las que nos debamos enfrentar, al final del día siempre hay que pensar en el lado positivo y seguir con lo nuestro. El estrés y la tristeza no son buenos, misijos, no sé cuándo coño lo van a comprender. Si tienen problemas, háblenlos. Vale que yo sea la primera que se queja de los attention whores y drama queens, pero si la bicha es en serio, pues ahí sí, háblenlos. Pero chico, por favor, que matarse tampoco es la idea. Ah, y tampoco cortarse a sí mismos. Hay que tenerse un poquito de amor.

Sintiéndose filosófica, se despide
KyokoD (co-bloggeando con las responsables S.C.
y Limón).

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