20 abril 2011

Desvaríos de una joven soñadora.

¿Se han preguntado qué pasaría si todos sus sueños se hicieran realidad? ¿Sí un día despertaran, y fueran la persona que siempre quisieron ser? ¿Si tuvieran todas y cada una de las cosas que siempre quisieron? ¿Ser felices hasta tal punto que soñar se vuelve una tontería, porque ya lo tienes todo? ¿Se han preguntado que pasaría después?

Yo me pregunté eso hoy: ¿Qué pasaría sin en futuro terminara siendo escritora?

Pero siempre mi lado realista evita que ese pensamiento vaya más allá de "¿Qué pasaría si...?"

Sí, siempre, al final de todos mis sueños, aparece el realismo, ese que hace que duela soñar más allá de lo debido. El que te dice "Eso es imposible. Muchos lo han intentado y pocos lo han logrado." y te hace volver a lo que estabas haciendo.

Pero hoy, sorprendentemente, ese realismo no ha aparecido por ningún lado. Y aquí estoy yo, preguntándome qué pasaría si un día lograra cumplir todo eso que me he propuesto para mi vida.

Y como hoy no hay ninguna vocesita que me despierte, seguiré soñando.

Porque eso me es lo que me he propuesto, a no dejar de soñar. Nunca. Sin importar lo que pase. A no dejar de creer que puedo hacer lo que me proponga, y a siempre ver más allá de lo que el la realidad quiere que vea.

Así cumpla todos mis sueños, me propondré otros nuevos, y seguiré soñando. Porque una persona sin ilusiones es una persona vacía, así lo tenga todo.

Y me rehúso a convertirme en una persona vacía.

¿Surrealista? Puede ser.

Pero prefiero vivir en un mundo de fantasía que en un mundo vacío donde las cosas solo pueden ser lo que se espera que sean. Y dónde los sueños terminan dónde comienza la realidad.

En mi mundo, los sueños se funden con la realidad.
En mi mundo, la gente es feliz, porque hace lo que le gusta, y no lo que la sociedad exige.

En mi mundo, todo es posible.



S.C. (co-blogueando con KyokoD)

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