15 mayo 2012

En tiempos de desesperación...

Es esa duda, esa confusión, ese alivio que se mezcla con nervios y te hace nudos en el estomago. Es la sensación de que estás haciendo algo mal y las ganas de rendirse y salir corriendo. Es el impulso contradictorio de dar media vuelta y quedarse donde estás. Es la desesperante calma que precede a una tormenta.
Es lo que esperaste por tanto tiempo y que a pesar de estar allí sigue queriendo hacerse esperar, que se escurre de tus dedos como agua y que se aleja como la luna cuando intentas correr hasta ella.
Es una utopía que parece posible. Está justo frente a ti, y sin embargo nunca estuvo mas lejos, porque sólo en este momento es que eres consciente de lo que realmente significa llegar hasta él.
Es torturante, te hace querer llorar y te da un tremendo dolor de cabeza.
Y sin embargo... No quieres irte. Quieres ver más allá del miedo y quedarte hasta el final. Quieres creer que en un futuro, quizás cercano, quizás distante, los problemas no parecerán más que meros castillos de cartas que derribaste de un soplo.
No quiero irme.
Quizás soy masoquista, quizás soy exagerada, quizás lo estoy haciendo mal... Pero a pesar de todo, a pesar de que no estoy segura de lo que hago, y de que no tengo la menor idea de si está bien o si es lo que debería hacer, algo me dice que no siempre será así. Que una vez se disipe la niebla y mis pies toquen el suelo podré ver más allá del laberinto de ladrillos y papeles amontonados en el que he estado metida las últimas tres semanas, más allá de noches de desvelo sin motivo y terror incomprensible, por un monstruo que no termina de aparecer sino que parece esconderse en una esquina esperando a que me desespere.
Mientras tanto, en tiempos de desesperación, escribo.


S.C. (co-bloggeando con KyokoD y Limón)

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