30 julio 2011

Farewell, twin

Cuando eres niño, tienes muchos sueños. Quieres ser princesa, quieres ser estrella de rock, quieres ser actor, presidente, bohemio, escritor... Y hay quienes incluso quieren ser superhéroes. Pero uno de los sueños que más perdura, que consigue vencer incluso al monstruo de la madurez, es el de viajar, y recorrer todo el mundo ¿Quién no sueña con conocer culturas diferentes, costumbres diferentes, y olvidarse por unos momentos de la vida diaria y de los horarios? El mundo es demasiado grande, la vida es corta, y hay demasiadas cosas que ver, así que es bonito pensar que habremos visto gran parte de este para cuando finalmente se baje el telón.



Hoy, mi gemela está realizando uno de esos sueños. De esos que hacen que te mueras de envidia... Y no volveré a verla por los próximos cinco meses.



Si, ya sé, debería de sentirme feliz por ella, y lo estoy, en serio... Es sólo que...



¡ES MUCHO TIEMPO!



Ahora que me doy cuenta, ustedes no deben de tener la menor idea de lo que estoy hablando, así que mejor les cuento la historia desde el principio:



(Esta foto es increíblemente vieja...)


Mi gemela, (Mejor conocida por los demás como María) es uno de los pocos seres "cuerdos" que han logrado soportar las locuras que esta loca escribe. Es la mujer más paciente, tierna y divertida del universo... Sobretodo paciente.
Nos conocimos una tarde, en la piscina de pelotas de un restaurante de comida rápida (entiéndase, Burguer King), y resultó ¡Que las dos íbamos a la misma escuela! (Eso demuestra cuanta atención había prestado yo a los alumnos de la otra sección) Desde ese entonces, nuestras personas parecieron conectadas por algún lazo invisible que, si bien no hizo que nos volvieramos mejores amigas de inmediato, si nos envió bastantes indirectas, porque acabé encontrándome con ella en diferentes situaciones, y siempre terminábamos hablando de cualquier tontería...


Así comenzó todo, y ya han pasado 9 años desde que estábamos en segundo grado. Lo de las gemelas surgió mucho después, cuando yo era un personaje abandonado sin apellido, con ganas de entrar a cierta casa de anime, y ella fue la niña que se ofreció a darle historia, apellido... Y familia. Oh, si, ¿quién habría previsto lo que vendría? pero estoy segura de que era algo inevitable, como una alineación de los planetas, que ya estaban más que cansados de gritarnos y de mandarnos señales que las dos éramos demasiado despistadas para descifrar. A esa pequeña acción, el simple hecho de ponernos el mismo apellido, y añadir el toque misterioso de las gemelas, siguieron HORAS de conversación, docenas de fotos editadas, y una que otra pelea... Las peleas fueron lo más divertido.



Y claro, como al destino no le gusta que lo ignoren, decidió jugarnos una mala pasada, y nos mandó a las dos a hemisferios diferentes del globo terraqueo (y por hemisferios, quiero decir colegios), pero eso sólo sirvió para que las dos nos hiciéramos más amigas todavía, y el pasar por experiencias diferentes, sólo nos dio más cosas de que hablar :) MUCHAS cosas de que hablar.



Los años sigueron pasando, y nosotras crecimos. Ya no somos las gemelas arcoiris otakus-rock-punketeras que éramos cuando nos metimos en aquel foro de anime (¿Puedes creer que ya pasaron 4 años de eso, twin?), ni las rebeldes de pelo multicolor que soñaban con formar una banda y llenaban las paredes del colegio de graffitti... Pero seguimos siendo las gemelas locas y soñadoras dispuestas a conquistar el mundo.


A pesar de que ya no hablamos tanto como antes, twin, sigo pensando en tí. Siempre serás mi mejor amiga, mi gemela, mi confidente, mi cómplice en mis locuras, y la primera persona a la que voy cuando quiero maquinar algún plan maquiavélico, o simplemente necesito un hombro en el que llorar, o una amiga... Y, ahora que ya crecimos, y que cada una sigue sus sueños, no me sorprende el ver que nuestros caminos, que construimos por separado, resultaron ir por direcciones parecidas. ¡Ahora nos veremos más seguido!

Espero que te vaya muy bien en la tierra de Harry Potter. Espero que disfrutes tu viaje, que te diviertas, y que conozcas el mundo que siempre soñaste con conocer. Cuando vuelvas, espero que traigas muchas historias (y sientos de fotos) porque esperaré tu llegada, para que me las cuentes todas y cada una de ellas.

Buen viaje twin, se te adora, y espero te la pases muy bien.

Cuídate mucho, y no te olvides nunca de tu gemela que te quiere <3


Atentamente,

S.C. (co-bloggeando con KyokoD y Limón)

P.D.: ¡Nos vemos en la universidad!

¡Feliz cumpleaños, limón!

Limón y yo.



30/07/2010




Muchas cosas cambian en un año. Los días pasan, el tiempo vuela, nosotros seguimos andando, y cuando nos damos cuenta, hemos caminado tanto, que ya estamos mucho más lejos de donde creímos estar cuando comenzamos. El tiempo se nos pasa tan rápido, que es increíble lo mucho que perdimos en cosas que no valían la pena. En un parpadeo, se nos va la vida, y es inutil arrepentirse de cosas que se hicieron o no se hicieron. Recordamos los momentos en los que reímos, en los que lloramos, y nos damos cuenta de lo mucho que hemos aprendido. El año pasado, las cosas eran mucho más diferentes a como están ahora, y nosotros también hemos cambiado, es inevitable. Son cosas de la vida.


Podría decirse que este año ha sido agridulce para mi querido Limón amarillo. Por si no lo sabían, ella es de esas personas que siempre parecen dispuestas a regalar una sonrisa. Es la persona más fuerte que conozco, y estoy segura de que últimamente muchas personas se lo han dicho. Es por personas como ella, que se levantan y siguen adelante después de que la vida los golpea y los deja en el suelo, por las que personas como yo encontramos una inspiración a seguir, y nos damos cuenta de la importancia de seguir luchando, de no darnos por vencidos, de pasar la página, aunque duela, y soportar la tormenta. Por personas como ella es que aprendemos que vale la pena esperar el arcoiris.


Y hoy, este limón cumple 17 años...

Ya no es la misma niña que conocí un día hace ya casi 5 años (para ese entonces, a penas estábamos comenzando 8vo, y teníamos sueños bastante diferentes), pero no ha perdido su alegría ni su fortaleza, y decididamente no cambiará nunca su sentido del humor, y la envidiable cualidad que tiene de ver la vida como es, y sin embargo seguir soñando, dispuesta a hacer realidad todo lo que se propone. Ella cambiará al mundo paso a paso, y cubrirá de pintura y nutella a todo el que se le oponga (??)


No dejes nunca de creer en ti misma, manito, no dejes nunca de luchar, porque eso significa vivir. Y manten siempre tu carácter hiperactivo que te ha hecho, con el paso de los años, nuestra gomita/limón favorita.


Espero que todas las cosas que aprendiste en este año, y que algunas también las aprendí yo, no las olvides nunca. Te deseo lo mejor en tu futuro, y espero que nunca dejes de creer en que siempre hay un arcoiris después de cada tormenta.



Te queremos mucho <3 este blog no sería lo mismo sin tus entradas realistas y ácidas :) y nuestras vidas serían muy aburridas si tu no estuvieras allí con tu sonrisa que alegra hasta las mañanas más grises.


Feliz cumpleaños limón con tilde, y que cuando soples las velitas no se te olvide pedir un deseo ;)


Sinceramente,


S.C. y KyokoD


P.D: ¡Nos graduamos, manito! ¡Lo logramos!

28 julio 2011

Porque toda nuestra vida hemos esperado por este momento...

En nuestro colegio, en un intento de que todos nos identifiquemos con la institución -y la promoción- dejan que todo aquel que quiera escriba su propio discurso de graduación, y eligen el mejor. Limón y yo escribimos esto hace ya varias semanas, juntas, cosa que creo que no le gustó mucho a los directivos, jajaja. Nuestro plan era leerlo juntas, pero resulta que eso no estaba permitido, y tuvimos que decidir cual de las dos lo haría. También resultó que nada más podía levantarse la que lo fuera a leer, así que no había manera de decirle a la gente que las dos lo habíamos escrito.
Nuestro discurso no ganó, pero, como fue el segundo mejor, nos dijeron para leerlo en la misa. Yo lo leí, y Limón se aseguró de mortificarme TODA la semana para que no se me olvidara practicar (No fuera a hacer una burrada allí frente a todo el mundo, jajaja)

Ella sabe que la amo <3

Estaba un 99,99% segura de que iba a romper a llorar allí frente a todo el mundo, pero al final, resultó que no fue así, por mucho que llorara cuando lo leí en mi casa... (Imagínense, el drama corre por mis venas como el refresco y el chocolate derretido por las de KyokoD). La cosa salió bien (creo) y, como de verdad me gustó como nos quedó, me pareció buena idea subirlo aquí :D
P.D: Disculpa si en algún momento pensaste que quería llevarme todo el crédito, el discurso es de las dos, y de haberlo hecho por separado, no nos habría quedado tan bien como quedó.


Sin más preámbulos, el discurso...




Todos, al menos una vez, nos imaginamos cómo sería este momento: El momento en que dejaríamos atrás el uniforme del colegio (del que tanto nos quejamos algunas veces), olvidaríamos los libros que tanto peso nos hacían en el bolso, y contaríamos los segundos hasta que llegara el último timbre, que veníamos esperando desde que usábamos camisas blancas y veíamos a alumnos mayores gritar “¡Nos graduamos!”. Todos queríamos compartir esa emoción y no podíamos aguantar a estar en el tan esperado último año, dónde le daríamos un último vistazo al colegio, antes de decir adiós, con nuestro diploma en la mano.
Pero ninguno de nosotros pensó que ese momento podía estar tan cerca. Y estando aquí, a sólo unas horas de finalizar esta etapa de nuestras vidas, usando por última vez nuestro uniforme, es que nos damos cuenta que ya estamos aquí, a punto de comenzar un nuevo camino que desconocemos totalmente. A punto de pasar la página, y comenzar otro capítulo en nuestra historia, con personajes distintos y experiencias nuevas, completamente impredecibles.
Esta nueva etapa nos toca vivirla solos, porque se acabaron los días en que nuestros padres nos despertarían en las mañanas, nos acompañarían hasta el colegio y estarían pendientes de que hiciéramos todos nuestros deberes. Los días en que teníamos profesores que nos recordaban a cada minuto lo que teníamos que hacer y cómo hacerlo. A partir de ahora tendremos que valernos de nosotros mismos, tomaremos nuestras propias decisiones, cometeremos nuestros propios errores, y sólo nosotros podremos responder por ellos.
De niños, nuestra mayor aspiración (después de ser princesas, superhéroes, presidentes, cantantes y actores) era graduarnos del colegio. Veíamos a los alumnos de quinto año con admiración, y queríamos llegar tan lejos como ellos. Cuando al fin llegamos, no cabíamos en nosotros de la emoción. Otros ni siquiera lo asimilamos, pero nos sentíamos tan grandes, tan maduros, tan adultos; y no es hasta ahora que nos damos cuenta que seguimos siendo los mismos niños que se peleaban por llegar de primeros en una carrera, los mismos niños que querían ser superhéroes y cambiar el mundo, los mismos niños que jugaban al escondite en el recreo y se llenaban de arena y barro sin siquiera preocuparse porque eran nuestras pobres madres las que tenían que lavar la ropa.
Estando aquí, siendo lo que nosotros de niños aspirábamos ser, es que nos damos cuenta de lo pequeños que somos, que a pesar de que alcanzamos una meta, nos hemos propuesto otras en el camino, y hemos terminado esta etapa, sólo para caer en cuenta que todavía nos queda mucho por recorrer.
Hoy, todos tenemos sueños diferentes que queremos cumplir. Nos separamos, y emprendemos cada uno nuestro propio camino. Ahora, los niños que una vez quisieron ser grandes, les toca enfrentarse al mundo real, y poner en práctica todas las cosas que aprendimos en nuestro recorrido.
Pero jamás debemos olvidar que todos y cada uno de nosotros fuimos, y siempre seremos parte de la promoción cuarenta y cuatro del colegio Nuestra señora de Fátima. Juntos compartimos muchas experiencias. Algunas nos hicieron reír, otras llorar, y otras incluso gritar. Estas experiencias, que poco a poco fueron formando lo que somos hoy, seguirán con nosotros para toda la vida.
No pasemos por alto que estuvimos aquí, no le restemos importancia; ya que la vida no está hecha de casualidades, y todo ocurre por una razón, aunque tal vez nunca sepamos cuál es. Porque entre tantos países, entre tantas épocas, entre tantos colegios y entre tantas personas, llegamos todos a un mismo lugar, y compartimos un mismo salón de clase. Juntos luchamos por los mismos fines, y, a pesar de que teníamos nuestras diferencias, supimos superarlas para ser una sola promoción y gracias a esto es que llegamos a este momento.
Al momento de agradecer, son muchos los que deben ser mencionados. Primero que nada, queremos agradecer a Dios, por habernos dado la vida, y permitirnos llegar hasta aquí, por habernos permitido compartir juntos esta etapa de nuestra vida, y por todos los recuerdos y las vivencias que ahora forman parte de nuestra memoria.
Y no podemos irnos sin mencionar a todas las personas con las que nos hemos topado en todos estos años. Gracias a todos los directivos y profesores, desde preescolar hasta quinto año, por su infinita paciencia, y porque siempre quisieron sembrar en nosotros las ganas de aprender. Gracias a todos aquellos profesores que no sólo fueron profesores, sino amigos. Profesores como la profesora Maribel Castro, el profesor Gerardo Canadell, la profesora Yacorina Albornoz, y la profesora Johanna Quintero, que aunque no estuvo con nosotros en estos últimos años, siempre la recordaremos con mucho cariño. Gracias por darnos su apoyo cada vez que lo necesitábamos, gracias por defendernos ante cualquier problema que se nos presentara, gracias por nunca rendirse y por creer en nosotros, por no sólo formarnos académicamente, sino también en valores, y darnos las herramientas que nos servirán en cada etapa de nuestra vida.
Gracias Colegio Nuestra Señora de Fátima, por acogernos con gran cariño durante todos estos años, por ser nuestro segundo hogar y nuestra segunda familia.
Gracias a nuestros padres, por estar con nosotros en todo momento, por ser nuestros primeros maestros, por levantarnos cada vez que tropezábamos, por enseñarnos a creer, a soñar, y que podíamos ser todo lo que quisiéramos ser. A nuestros amigos y compañeros, por llenar de hermosos recuerdos todos nuestros años escolares, por hacernos reír cuando estábamos tristes, y porque las cosas que hemos vivido juntos jamás las olvidaremos.
Para terminar, queremos recordarles que no dejen nunca de creer. La vida es impredecible, y quizás en un futuro nuestros planes cambien, nuestros sueños sean otros y nuestras metas parezcan inalcanzables. Quizás, ahora que nos enfrentamos a un destino desconocido, nos sintamos confundidos y asustados. Pero siempre debemos luchar por lo que queremos.
“Dios concede la victoria a la constancia.” dijo Bolívar, y la constancia, la fe y la perseverancia son virtudes que debemos mantener. No dejemos de creer nunca en nosotros mismos, y seamos siempre los niños que soñaban con ser astronautas, poetas y bomberos, y creían con todas sus fuerzas que podían llegar a serlo.
Triunfar es no dejar las cosas a la suerte, sino luchar por el éxito, y ahora llegó nuestro turno, nuestro momento de luchar por lo que queremos, de ponernos en marcha, y ser el cambio que queremos en el mundo, para que así, como dijo una vez Mark Twain, “cumplamos la tarea de vivir, de tal modo que, cuando muramos, incluso el de la funeraria lo sienta.”






Contando las horas para su graduación, se despide...




S.C. (co-bloggeando con KyokoD y Limón)



20 julio 2011

No estás sola.

Hay momentos en la vida, en los que te quedas sin palabras. En los que deberías decir algo... No, no deberías, QUIERES decir algo, pero se te hace un nudo tan doloroso en la garganta, que te quedas en blanco, al borde del llanto, y te sientes como una estúpida por no poder decirle aunque sea unas pocas palabras a esa persona que tanto lo necesita en ese momento. Quieres decir algo que demuestre lo mucho que te importa, que no estás allí sólo por obligación, sino porque de verdad querías ir, pero... Las palabras no están. Se fueron. Se hundieron para siempre dentro de la tormenta que te aprisiona el pecho. Se perdieron en un mar de lágrimas, en una neblina borrosa, y para cuando finalmente recuperas el sentido, ya es muy tarde.

Por eso he decidido escribir esto hoy. Para ti. No sé si leerás esto, pero de verdad espero que lo hagas, porque quiero que sepas que no estás sola, que nosotros siempre estaremos contigo, siempre. Que lo sentimos mucho, y ni todas las palabras del mundo alcanzarán para decir lo mucho que deséaramos que no tuvieras que pasar por esto, que pudiéramos simplemente arreglarlo todo con un giro de varita mágica, como en los cuentos de hadas, y todo volviera a ser como antes y tú volvieras a sonreír.

Quiero que sepas que aunque en estos momentos te parezca que estás en un agujero negro del que no puedes salir, no siempre será así. Que aunque estés pasando el peor día de tu vida, aún te queda mucho por vivir, y un día mirarás atrás y te darás cuenta de que la herida ha cicatrizado, y ya no todo es tan oscuro como parecía.

Ten siempre presente que las personas de verdad nunca nos dejan, porque dentro de nosotros queda esa marca que dejaron en nuestro corazón. Viven en nuestros recuerdos, en nosotros, y nunca se irán, si bien ya no puedas verlas, oírlas, o abrazarlas, siguen allí, contigo.

Ella estará contigo para siempre, y siempre estará orgullosa de todo lo que has logrado, y lograrás, porque serás la persona que ella quiso que fueras. Te acompañará cuando rías, cuando llores, cuando triunfes en algo, y esperará paciente para poder abrazarte cuando llegues a la línea de meta.

Las cosas no volverán a ser iguales, pero nosotros estaremos a tu lado en cada paso que des, lloraremos contigo, y recordaremos contigo los buenos momentos, porque de verdad nos importa. Porque si bien no tenemos varitas mágicas, haremos todo lo humanamente posible para, que poco a poco, vuelvas a sonreír.

Puede que no seamos gigantes, pero daremos nuestra sombra entera si con eso podemos ayudarte a salir adelante. Dejaremos sin electricidad al mundo entero si con eso llenamos de luz tu noche sin estrellas. Nos llenaremos de tierra si con eso logramos sacarte del agujero donde te encuentras. Pero no te dejaremos sola.

Te escribo esto, porque sé que cuando te vea a los ojos, no sabré que decirte. Porque en ese momento me quedaré en blanco, y lo único que podré decirte es que lo siento mucho. Pero quiero que sepas todo lo que quiero decirte, y que en ese momento no podré. Quizás en ese momento sobren las palabras, o quizás ya estés cansada de escuchar lo mismo, pero quiero que lo sepas. Quiero que sepas tantas cosas, pero incluso ahora me faltan las palabras...

Eres tan importante para mi, para toda las personas que te conocen, y no tienes idea lo mucho que me duele que tengas que pasar por esto.


Con mucho más que decir, pero sin manera de hacerlo...

Se va a comprar linternas...


S.C. (cobloggeando con KyokoD y Limón)

11 julio 2011

Es increíble todo lo que nos quejamos.

Hace varios meses publiqué una nota en Tumblr donde me quejaba de lo mucho que nos quejábamos. Sí, así mismo. Y es que "dejar de quejarnos" es bastante complicado ya que es algo así como un instinto del ser humano. Aquí les dejo esa nota (la cual modifiqué un poco mientras la leía pos milésima vez).

Como todos sabemos, la vida no es perfecta, mejor dicho, la vida es así, con cosas buenas y malas, por lo tanto es perfecta. Que no nos guste es otra cosa muy distinta. Pero nos vivimos quejando de cosas irrelevantes. Y no nos damos cuenta de que hay personas que si tienen verdaderos motivos para quejarse y no las vemos llorando en un rincón, peliando con todo el mundo, quejandose de su “mala suerte” (claro, hay casos de casos pero a esos no les prestemos atención en este momento) si no, que andan tratando de solucionar sus problemas, sorien, disfrutan… Esas personas son los verdaderos heroes de esta vida, aquellos que se ríen de sus desgracias y que aun así tratan de salir adelante. Aunque lo que yo esté diciendo probablemente todo lo sabemos, lo olvidamos totalmente cuando nos pasa algo “malo”. Así que la próxima vez que estés llorando porque tienes problemas con tu novio/a piensa que hay miles de familias cayéndose en pedazos. Cuando estés llorando porque tienes gripe y no pueder ir a una fiesta piensa en todas esas personas de tu misma edad que están internados en una clínica de por vida, luchando contra el cáncer, el SIDA, o cualquier otra enfermedad. La próxima vez que andes peleando porque no tienes dinero para ir al cine (esto se me aplica muy a menudo) piensa en toda esa gente que se está muriendo de hambre en las calles de todo el mundo.

La vida está llena de momentos de felicidad, donde todo resulta fácil, pero también de momentos tristes, suceden cosas desagradables, ocurren cosas que jamás hubiésemos querido que ocurrieran, nos sentimos solos, desamparados. Pero eso es parte de la vida, incluso, tenemos que disfrutar esos momentos, no de la forma masoquista, pero sí hay que vivir esos momentos, SUPERARLOS y seguir adelante.

Una vez que algo anda mal, lo único que queda es que las cosas cambien de rumbo y vayan mejor. Si las cosas andan bien, se van a poner mal; si las cosas andan mal, se van a poner bien. ¿Por qué? Porque no queda de otra.


Limón (co-bloggeando con S.C. y KyokoD)

08 julio 2011

No soy muy buena para las despedidas.


Aunque lo parezca y el drama corra por mis venas (aunque de forma más leve que mi querida S.C.), en realidad no suelo ser una persona muy sensible. Si me cuentas tus problemas, lo más probable es que no sepa como reconfortarte; si algo malo te pasa, sólo se me ocurrirá un chiste para tratar de aliviar la situación; si a alguien que no conozco le pasa algo, sólo murmuraré un "pobrecit@" y seguiré mi camino. Si te vas, lo más probable es que sólo te de un abrazo y haga un intento de llorar, porque aunque lo sienta, algo en mi interior hará que las lágrimas se queden más estancadas que el agua en las calles de Maracaibo cuando llueve mucho.

Las despedidas no son lo mío, porque sencillamente en el momento no las concibo. Estoy frente a la persona, sé que quizás no nos volvamos a ver face-to-face por un bueeen tiempo, pero lo único que alcanzo a hacer es soltar algo tipo "marica, te voy a extrañar" y quedarme enganchada a ella por aproximadamente medio minuto. Es ya después, cuando estoy sola, que me doy cuenta de que va a pasar igual que con los demás: No tendré la iniciat
iva de hablar con ellas, probablemente ellos tampoco la tengan, dejaremos de hablar, y cuando nos veamos por la calle quizás ni siquiera nos saludemos. La única comunicación que habrá entre nosotros serán los retweets de Twitter o los reblogs de Tumblr. Y después pensaré "ay, marico, ojalá todo fuese como antes y pudiésemos hablar de cualquier mariquera pa' matar el tiempo"... pero se me pasará y lo olvidaré hasta que me de el próximo ataque nostálgico.

¿Y saben que odio de mí? Pues eso. He conocido a mucha gente maravillosa, gente con la que debería seguir hablando, gente que me ayudó y apoyó en todo el tiempo que estuvimos juntos; y cuando llega el momento de la despedida (qué se yo, me graduo de
un curso o me cambio de colegio) simplemente los dejo atrás, como si nada hubiese pasado, sólo recordándolos. Con toda la tecnología que hay (el pin, el msn, el Face, el Twitter...), yo sigo sin intentar recuperar la relación que teníamos anteriormente. Y al final quedamos sólo como conocidos. Así, como cuando tu Sim deja de hablar con uno de sus amigos, primero se vuelven amigos lejanos, y luego se vuelven conocidos, como si todo ese tiempo que pasaron juntos intercambiando globitos de diálogo nunca hubiese pasado.



Este año he conocido a gente maravillosa. Gente con la que pude hablar en toooooda mi estancia en la escuela o en el curso de inglés o en cualquier sitio al que fuese, pero con la que no lo hice porque no hallaba la situación oportuna (venga, que no soy de esas que simplemente le llegan a un extraño y dicen "¡Holi marico! ¿Te gusta Pokémon? Porque yo tengo Pokémon White y blahblahblah..."). Gente que me ha enseñado muchas cosas, con la que he reído hasta el dolor de estómago, con la que he montado dramas exagerados, con la que he hablado de videojuegos y no me han mirado raro por ello, que me ha enseñado sobre música, sobre libros y hasta sobre otras personas, gente que se las ha arreglado para que hiciera cosas que antes ni pensaba (hay que echarle bolibombas para que me tire de un tobogán aaaaaaalto en un parque acuático); gente genial. Gente a la que no quiero dejar en el olvido, al igual que todas las demás. Gente con la que quisiera estar en contacto toda mi vida, saber que no han olvidado a la marica de las chapas que siempre estaba con el DS encima, que cuando me vean podamos mantener una conversación mas o menos larga y no tener silencios incómodos. Gente que no me vea pasar a su lado y ni se moleste en detenerse para escuchar mi saludo.

Y sólo para redundar un poquito más, soy un asco para las despedidas. Nunca hago una despedida propiamente dicha, siempre lo dejo como un hasta luego. Sólo he visto una peli de Peter Pan (una animada en la que sale Jane, la hija de Wendy) y no recuerdo que dijesen la frase que sale en la imagen al principio del post; pero casualmente la encontré en WeHeartIt y me pareció perfecta para la entrada. Y no sólo para la entrada, si no para definir lo que siento cada vez que me toca separarme de alguien por un tiempo indefinido.

En mi traducción pobre (con todo y que ya terminé un curso de inglés que me llevó dos años y medio), vendría diciendo algo como "Nunca digas adiós, porque decir adiós significa alejarse. Y alejarse significa olvidar". Esto no necesariamente tiene que ser así, ya que aunque la persona esté lejos sigue estando en nuestro interior, así como los dinosaurios; pero sigue teniendo su trocito de razón. Cuando me alejo de alguien, con el tiempo, cuando ya dejamos de hablar tan seguido y las charlas empiezan a volverse cansinas, lo último que decimos es un "adiós", y llego a olvidarlo hasta que me de la nostalgia. No es como si decir un "hasta luego" fuese a cambiar eso... pero sería la mar de cool que lo hiciese.

En fin. Como cosa rara, me volví un rollo haciendo una entrada para el blog. Trataré de resumir todo en pocas palabras (difícil, enrollarme se me da de maravilla): Quizás mañana no vuelva a ver a gente a la que me alegro muchísimo de haber conocido, al menos no en persona, y me conozco lo suficiente como para saber que no haré realmente un esfuerzo por mantener nuestra relación como está o mejorarla más. Pero quiero saber que no nos daremos un "adiós", si no un "hasta luego", y tarde o temprano nos volveremos a encontrar y seguiremos actuando de la misma forma que como lo hacemos ahora. Dudo que alguno de ellos (aparte de S.C. y Limón, que lo harán por razones obvias) lea esto, pero al menos espero que les quede una idea parecida a la que trato de dejar aquí cuando llegue el momento.

Con la ligera sensación de que tendrá que levantarse muy temprano, se despide
KyokoD (co-bloggeando con las fantabulosas y jamás olvidadas S.C. y Limón)